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¿Reformas o parches al sistema de pensiones?

¿Reformas o parches al sistema de pensiones?

pensiones por jose luis tapia

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Por José Luis Tapia Rocha, Economista, Director del Instituto de Libre Empresa, Profesor de Economia Política de la UPC y Presidente del Foro Liberal de América Latina 2022-2023

Los estatistas si que son contradictorios. Por una parte se la pasan en grandilocuentes declaraciones sobre reformas “integrales”, “reingenierías” y “reinvenciones” del Gobierno o de lo que sea. Es la terminología actual para aquella “ingeniería social” que Hayek denunciara con profética clarividencia ya en los ’30. Pero por otra parte, a la hora de bajar de la retórica al plano de la implementación, se concentran en unos cambios muy “puntuales” (para usar otro término a la moda), por no decir minúsculos, de detalle, normalmente para satisfacer una presión muy específica de algún grupo de interés igualmente específico. Al final, lo que sale no es una reforma sino un parche. Y pequeño. Un parche pequeño sería indicado si se tratase de remediar un pequeño agujerito; pero es el sistema lo que anda mal.

Reforma Judicial

Un ejemplo: la cacareada “reforma judicial” se concentró en la edad de los jueces para jubilarse. Allí giró toda la discusión, en lugar de resaltarse las reglas para tener una Judicatura imparcial y proba, decente y competente, ágil, expeditiva y accesible al ciudadano. Y tal vez aplicando justicia resarcitoria o compensatoria en lugar de sólo punitiva, centrada en la víctima y no en el delincuente.

Otro ejemplo: la “reforma” del Estado que se redujo a una reforma tributaria y ésta a su vez a un alza en los costos del Gobierno.

Tercer ejemplo y materia de este artículo: el llamado derecho a la desafiliación de las AFPs, para regresarse al sistema estatal y antes único de jubilaciones y pensiones. La pregunta que cabe es ¿por qué no aprovechar la ocasión para una discusión más amplia? ¿Por qué no incluir algunas preguntas adicionales, sobre puntos del contexto general?

Tercerismo

El contexto es la coexistencia de dos sistemas: estatal y privado. Un antiguo funcionario de Europa central escribió que el capitalismo era muy superior al comunismo; pero que el comunismo era superior al “sistema mixto”, combinación de “lo peor de ambos mundos”. Sin embargo el “tercerismo”, el centrismo y el gusto por los sistemas híbridos y platos mixtos es típicamente latinoamericano. En materia de pensiones, la coexistencia es aún peor que un sistema puramente estatal. Porque la parte estatal se financia directa o indirectamente con dinero de los contribuyentes -al menos cuando los fondos se recapitalizan-, y goza de otros privilegios, en una competencia francamente desleal.

Y por otra parte, para “compensar” a la parte privada por la desventaja antes descrita, se le confieren sus privilegios. Y el principal de ellos es la obligatoriedad de la afiliación. Las AFPs serían mucho más diligentes, serviciales y competitivas si la afiliación fuese libre y voluntaria. Para colmo, ahora se pretende regular las comisiones que cobran por la vía Indecopi. Es siempre el mismo síndrome: primero se confiere un privilegio -generalmente para compensar otro-, y después se impone un control, supuestamente dirigido a prevenir abusos. ¿No sería mejor no conceder privilegios, y permitir que mediante la libérima competencia sea el cliente o usuario quien supervise y controle?

También se dice que las AFPs podrían descapitalizarse y colapsar si mucha gente se desafiliase para volver a los primitivos fondos estatales. ¿Acaso esto no habla mal de las AFPs?. Puede que sí; tal vez tengan que revisar un poco sus costos operativos y hacer algunos recortes. Pero, ¿por qué no miramos el contexto más amplio? ¿No habla esto mal en realidad de la capacidad de ahorro del peruano promedio de clase media? ¿Por qué son tan frágiles las AFP’s, vulnerables ante unos cuantos retiros? ¿No será porque los impuestos se nos llevan la mayor parte de los recursos que deberían ir a apuntalar nuestro futuro y seguridad? ¿No será porque las regulaciones impiden crear más riqueza, y por consiguiente acumular una mayor parte para la vejez?. Estas son algunas interrogantes que deben contestar quienes se oponen o están a favor de una reforma del sistema de pensiones.

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