Por José Luis Tapia Rocha, Economista, Director del Instituto de Libre Empresa, Profesor de Economia Política de la UPC y Presidente del Foro Liberal de América Latina 2022-2023
Hace unos pocos minutos vi en un programa de televisión la entrevista a una promotora de la innovación. Se conversó sobre la innovación de procesos, productos, stakeholders, etc.
Innovar
No pude hallar algún contenido reflexivo si los gerentes peruanos están capacidad de innovar sus propias mentes. La corriente dominante del management ha enseñado a los gerentes el modelo de negocio sustentado en el control y jerarquía.
¿Cómo va florecer un espacio de creatividad dentro de la empresa si hay directivas command-control?. ¿Estará un gerente en capacidad de renunciar a sus privilegios de poder para bajar al llano desde la punta de la pirámide?.
Innovación
Se conversó de innovación pero encontré los viejos patrones de pensamiento de vincular innovación con estado. Fue tan poco novedoso el contenido de las respuestas de la entrevistada que pensaba que la innovación marca Perú sería el inicio del proceso de la innovación estatal.
Política
Asociar el rígido aparato estatal a la innovación sigue siendo una quimera. La política no puede innovarse porque sus incentivos son mantener el poder en pocas manos cuando la innovación exige desconcentrar el poder.
El estado se funda en la coacción de la ley y la violencia tipo Sunat, mientras la innovación exige creatividad, libertad y reflexión.
Por ello, si las mentes de estos promotores de la innovación no se acercan a los valores de la libertad, poco trascendentes serán los procesos y productos para los ojos del público.
