El sueldo mínimo vital es una medida que refleja un fracaso rotundo en la protección de los trabajadores. En el contexto peruano, esta cifra es insuficiente y no alcanza ni siquiera a cerca de la mitad de la población económicamente activa. Según datos de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN) del 2023, el 43.3% de los trabajadores del país percibió salarios por debajo de la Remuneración Mínima Vital (RMV), establecida en S/ 1,025. Esto representa una cifra alarmante que evidencia la falta de adecuación del sueldo mínimo a las necesidades reales de los trabajadores.
El informe de la EPEN reveló que, de los 7 millones 616 mil 436 trabajadores que ganaron menos de la RMV en el 2023, aproximadamente el 38.4% eran asalariados, lo que indica que una parte considerable de la fuerza laboral no recibe un salario digno por su trabajo. Pero lo más preocupante es que más de 1 millón 600 mil personas ni siquiera recibieron un sol como remuneración, lo que refleja una situación de extrema precariedad laboral que debe ser abordada de manera urgente.
Es necesario destacar que estas cifras muestran una leve mejoría respecto al año anterior, cuando el porcentaje de trabajadores con salarios por debajo de la RMV alcanzó el 49.3%. Sin embargo, esta mejora no es suficiente para celebrar, ya que el problema del 85% de informalidad laboral sigue siendo uno de los principales desafíos del mercado laboral peruano.
La informalidad laboral es un fenómeno que afecta negativamente tanto a los trabajadores como a la economía en su conjunto. Los trabajadores informales carecen de protección social, acceso a beneficios laborales y estabilidad en el empleo. Además, esta situación contribuye a la precarización del mercado laboral y dificulta el desarrollo económico del país.
Reformas Liberales
Para abordar este problema de manera efectiva, es fundamental implementar reformas liberales que promuevan la formalización del empleo y mejoren las condiciones laborales de los trabajadores. Esto incluye medidas como la desregulación del mercado laboral, la privatización de ciertos sectores económicos y la promoción de la inversión privada nacional y extranjera.
Las reformas liberales son clave para impulsar el crecimiento económico y generar empleo formal. Al abrir el mercado laboral y eliminar trabas burocráticas, se incentiva la creación de nuevas empresas y se fomenta la inversión, lo que a su vez contribuye a la generación de empleo y al aumento de los salarios. No es necesario una remuneración mínima vital porque la productividad se eleva.
Además, es importante destacar que el incremento del sueldo mínimo vital no es la solución al problema de la informalidad laboral. Si bien puede proporcionar un alivio temporal para algunos trabajadores, no aborda las causas subyacentes de la informalidad y puede tener efectos negativos en la creación de empleo y el crecimiento económico.
En conclusión, el sueldo mínimo vital en el Perú es un fracaso que evidencia la urgente necesidad de reformar el mercado laboral y promover la formalización del empleo. Solo mediante reformas liberales integrales se podrá generar un verdadero cambio que mejore las condiciones laborales de los trabajadores y promueva el desarrollo económico del país.
