por José Luis Tapia, economista y Director Fundador del ILE.
La reciente oposición de la CONFIEP y las Asociaciones de AFP ante un nuevo retiro de fondos destaca la tensión entre intereses económicos y bienestar ciudadano. Este rechazo refleja una visión mercantilista que privilegia el lucro sobre la seguridad financiera de los afiliados. En su comunicado conjunto, estas entidades defienden el actual sistema previsional, el cual, según argumentan, garantiza la estabilidad fiscal y el orden económico del país.
Sin embargo, esta postura ignora la realidad de millones de trabajadores peruanos cuyas pensiones están lejos de ser suficientes para asegurar un retiro digno. La obligatoriedad de los aportes a las AFP, presentada como una herramienta de inversión y seguridad, en realidad ha generado desconfianza y frustración entre la población. El sistema se percibe como un «fondo carrusel» que beneficia a los grupos económicos dueños de las AFP, mientras que los afiliados apenas ven crecer sus ahorros, si es que lo hacen, sin garantías de una pensión adecuada al final de su vida laboral.
Fracaso
La propuesta de devolver los fondos del sistema ONP y AFP a los afiliados se fundamenta en el fracaso del modelo actual para cumplir con las expectativas previsionales. La falta de transparencia en la gestión de los fondos, junto con la ocultación de información sobre la inversión en empresas del mismo grupo empresarial propietario de las AFP, genera una sensación de injusticia y abuso hacia los trabajadores.
Es esencial considerar que, a pesar del crecimiento económico registrado en años anteriores, la pobreza persiste en el país. Datos recientes muestran que, durante el 2023, la economía peruana no creció en -0.5%, mientras que la pobreza aumentó en 1.6 puntos porcentuales, alcanzando al 30% de la población. Estas cifras son alarmantes y demuestran que el actual modelo de economía social de mercado no está generando beneficios para todos los ciudadanos.
El séptimo retiro de fondos aprobadoo por la Comisión de Economia del Congreso, equivalente a 4 UIT, es considerado por la CONFIEP y las AFP como un grave riesgo para la estabilidad financiera del país. Argumentan que esta medida generará una mayor carga financiera para el Estado y aumentará el costo del endeudamiento, afectando a todos los peruanos. Sin embargo, esta postura obvia el hecho de que muchos ciudadanos se han dado cuenta que sus fondos no les iba a permitir una pensión por encima de S/3000 para vivir ajustadamente y que en el corto plazo necesitan estos recursos para cubrir necesidades básicas y enfrentar situaciones de emergencia, especialmente en tiempos de recesión económica como la actual.
En conclusión, la resistencia de la CONFIEP y las Asociaciones de AFP ante un nuevo retiro de fondos refleja una priorización de intereses empresariales sobre el bienestar de la población. Es necesario reemplazar el sistema previsional peruano por uno de mercado libre ejecutando las 5 Reformas Liberales para garantizar pensiones dignas para todos los trabajadores. Las reformas liberales deben orientarse hacia políticas públicas de desregulación, privatización y abrir todos los mercado para que los aportes e ingresos mensuales crezcan hasta 20 veces como lo ha logrado Liechstenstein con USD130 mil dolares al año.
