La propuesta centrada en nivelar al alza las pensiones mínimas en Perú, refleja una preocupación legítima por la situación de los pensionistas y su calidad de vida. Sin embargo, abordar este problema desde una perspectiva liberal clásica implica cuestionar la intervención estatal y proponer soluciones que promuevan la libertad individual y la eficiencia del mercado.
En el contexto actual, la pensión mínima se presenta como un subsidio cuyo origen se vincula a recomendaciones de la OCDE, pero su ejecución revela fallos estructurales en los sistemas estatal y privado de pensiones. La propuesta se sumerge en la esfera del intervencionismo, proponiendo que una parte de los fondos de las AFP financie la parte faltante en los fondos de la ONP para conseguir esa pensión mínima apelando al principio socialista de la solidarindad.
Es esencial reconocer que la violación de la propiedad privada de los fondos de los afiliados de las AFP constituye un acto de expropiación encubierto, que evidencia la insuficiencia de las medidas implementadas hasta ahora para ayudar a mejorar ambos sistemas pensionarios. Además, el incumplimiento de la subida progresiva en los regímenes pensionarios, ordenada por el Tribunal Constitucional, demuestra la ineficacia del Estado para cumplir sus propias decisiones.
Desde una perspectiva liberal clásica, la raíz del problema radica en la falta de competencia y libertad en el ámbito de las pensiones. La condena al sistema estatal y privado de pensiones como un fracaso apunta a la necesidad de replantear el enfoque. La solución no reside en más intervencionismo, sino en un mercado libre de pensiones, donde la competencia y la elección individual impulsen la eficiencia y mejoren los resultados para los pensionistas.
Ley ONP
La propuesta podría considerarse una respuesta más a los síntomas que a las causas fundamentales del problema. En lugar de proponer más regulaciones y tasas de aportación, se podría abogar por la eliminación de barreras y restricciones que limitan la competencia en el sector de pensiones. Fomentar la diversidad de opciones y permitir a los individuos elegir libremente sus planes de jubilación puede ser más efectivo.
La crítica a la gestión actual y las promesas incumplidas por parte del Gobierno para aumentar las pensiones refuerzan la idea de que confiar en la intervención estatal no ha resultado beneficioso para los pensionistas. La falta de atención a las necesidades básicas de los jubilados y la oposición del Gobierno a incrementar tanto las pensiones como el sueldo mínimo son claros indicadores de la desconexión entre las decisiones gubernamentales y las demandas de la población.
Desde una perspectiva liberal clásica, la solución se presenta en la forma de la implementación de las 5 reformas liberales. Eliminar restricciones, abrir la competencia y permitir la innovación en la oferta de servicios de pensiones puede generar resultados más beneficiosos para los ciudadanos.
En resumen, la propuesta desde el Congreso, aunque busca abordar problemas reales en las pensiones mínimas, cae en la trampa del intervencionismo. Una solución liberal clásica implica cuestionar las estructuras actuales y promover un mercado libre de pensiones que responda a las necesidades de los individuos de manera más eficiente y flexible. La implementación de estas reformas es esencial para garantizar un futuro más sólido y sostenible para los sistemas de pensiones en el Perú.
